Los códigos QR funcionan como los códigos de barra, pero en una matriz de puntos, y contienen cualquier tipo de información en la que se pueden acceder a ellas de manera rápida y sencilla.
La sigla <QR> deriva de la frase inglesa Quick Response (respuesta rápida).
La inclusión de softwares que leen códigos QR en teléfonos móviles, tablets y computadoras han permitido nuevos usos orientados al consumidor, que se manifiestan en comodidades como el dejar de tener que introducir datos de forma manual en los teléfonos. De esta manera las marcas y empresas utilizan los códigos para vender sus productos.
Cualquier persona puede generar códigos QR en páginas webs que se dedican a ello y colocarle el contenido que desee.
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Leyenda del Ceibo
Cuenta la leyenda que en las riberas del Paraná, vivía una indiecita fea, de rasgos toscos, llamada Anahí. Era fea, pero en las tardecitas veraniegas deleitaba a toda la gente de su tribu guaraní con sus canciones inspiradas en sus dioses y el amor a la tierra de la que eran dueños.
Anahí fue llevada cautiva junto con otros indígenas. Pasó muchos días llorando y muchas noches en vigilia, hasta que un día en que el sueño venció a su centinela, la indiecita logró escapar, pero al hacerlo, el centinela despertó, y ella, para lograr su objetivo, hundió un puñal en el pecho de su guardián, y huyó rápidamente a la selva.
Y cuando el fuego comenzó a subir, Anahí se fue convirtiendo en árbol, identificándose con la planta en un asombroso milagro.
Al siguiente amanecer, los soldados se encontraron ante el espectáculo de un hermoso árbol de verdes hojas relucientes, y flores rojas aterciopeladas, que se mostraba en todo su esplendor, como el símbolo de valentía y fortaleza ante el sufrimiento.
Pero llegaron los invasores, esos valientes, atrevidos y aguerridos seres de piel blanca, que arrasaron las tribus y les arrebataron las tierras, los ídolos, y su libertad.
El grito del moribundo carcelero, despertó a los otros españoles, que salieron en una persecución que se convirtió en cacería de la pobre Anahi quien al rato, fue alcanzada por los conquistadores. Esto, en venganza por la muerte del guardián, le impusieron como castigo la muerte en la hoguera. La ataron a un árbol e iniciaron el fuego, que parecía no querer alargar sus llamas hacia la doncella indígena, que sin murmurar palabras, sufría en silencio, con su cabeza inclinada hacia un costado. ![]() |
Qr de la Leyenda del Ceibo |